ENRIQUE IBÁÑEZ
ELI, ELI.¿LAMÁ SABACTANI?
(Dedicado al pueblo Palestino)
…………………y la luz busco otro refugio mientras tu y yo nos cruzamos sin mirarnos
y la niebla avanzó guardándote en la sombra.
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Yo,
he visto ángeles confusos besándose en el parque
para apagar su sed.
Y
dicen que los habitantes de esas míticas ciudades de Oriente
tuvieron miedo de su estirpe.
Y
por ello les arrojaron del paraíso
transgresores de la ley del Señor su Dios
Y
fatigados
con las sandalias destrozadas
y los pies cubiertos por la polvorienta arena del desierto,
permanecieron sombríos preguntándose el por qué de su pecado.
Y
el sol se ocultó a su paso.
Y
su piel bronceada y tersa
se volvió blanca y quebradiza como de leche.
Y
sobre la tierra,
la luna fugitiva iluminó su nefanda mancha
el mítico castigo a su supuesto pecado.
Y
cayeron presos de la ira del señor los imperios.
Y
perecieron a cientos y a miles en las llamas de Sodoma.
Y
huyeron por los caminos de la tierra
vomitando sus apestadas abominaciones.
Y
bajo el clamor de sus gritos
se estremecieron los valles.
Y
las cosechas se secaron a su paso.
Y
fueron despojados de la sonrisa y de los sueños.
Y
escarnecidos y con temor
vuelven sus ojos cansados hacía la noche incierta.
Y
entre sollozos y gritos inocentes,
se pierden por los caminos más angostos del planeta,
estos supuesto pecadores hijos de Orestes.
Y
rechinan los dientes.
Y
la piel se eriza
pero el amado Hylas jamás volvió .
Y
perdidos irremisiblemente entre las sombras
se yerguen altivos los puños crispados de las mitologías olvidadas.
Y
se agrietan los plateados brillos de su frente.
Y
reverdecen con hiedra los mármoles gastados de los un día enhiestos soportales.
Y
los antiguos templos se destruyen manchados por la erosión
del inclemente sol.
Y
ahí yacen ya para siempre: integrados
compañeros de afeites, de locos de viudas y de huérfanos
mientras sus labios muestran la huella indeleble del pecado nefando.
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Pero tú te volviste para gritarme.
Y tus ojos y los míos se cruzaron.
Y te cogiste con fuerza de mi brazo.
Y así muy juntos,
vigilando el cielo protector, descubrimos las puertas de los crematorios de siglo XXI.
Cuando de la fría palidez de las cenizas de un crimen selectivo, aplaudido con algarabía,
entre el humeante amasijo de hierros retorcidos,
vimos desolados
despertar de nuevo una pequeña florecilla
que indefensa, moteada en rojo y negro,
adulada por el resplandor de la barbarie de una cruz gamada, entre zalamerías engañosas, iba siendo amorosamente germinada por el calor sofocante del recuerdo de los antiguos hornos, sazonada por un profundo olor a carne chamuscada.
Para legalizar de nuevo,
el retorno al genocidio
esta vez bajo la bendición de un Papa ex - Nazi
y la abducción de un Hitler Judío.
HALASH
Abrir sigilosamente las puertas cerradas.
Confundirse en la noche de tú cuerpo.
Recorrer con precisión de cirujano tus nervios,
tus vértebras, tus tejidos, tus músculos, tus aparatos:
todo tú CUERPO.
Abandonarse en el negro dormitorio de tus segregaciones.
Redescubrir las partes más amadas de tú anatomía.
Aventurarse, llevar la luz, por los oscuros caminos de tus axilas.
Sumergirse en la noche de tus brazos.
Explorar tus abruptas, profundas cavidades.
Moldear los táctiles caminos de tus articulaciones.
Aspirar sin recato, sin vergüenza las suaves delicuescencias exudadas por tu piel.
Absorber la dulce humedad de tus labios.
Explorar con estudiada inconsciencia, el horizonte perdido de tus ojos.
Dormirse con el dulce ronroneo de tu pecho.
RITUAL premeditado, maléfico silencio de la noche, negro pasaje de nuestra anatomía.
RITUAL, irregular caligrafía de nuestras manos.
NOCHE, invitada subrepticia a la voraz codicia de nuestro ávido festín.
Lectora de viejas leyendas sobre el cuerpo de mi amante.
Oscuro camino de tinieblas a su lecho. Luz vacilante. Ritual premeditado. Acto maldito. Ángel negro.
Realidad última: CUERPO HUMANO, compañero y amigo:
TE ESPERO.
HISTORIA DE UN CUADRO
Lentamente,
Deshacie
n
do
s
e………
entre las ágiles yemas de los dedos de tú mano
temblorosa
inclinado y dubitativo el instrumento
desgrana melancólicas notas,
al acuno certero de tus brazos desnudos
ayudado por la complicidad de una húmeda hojarasca de verano
y el blanco pálido vestido de tus paredes
casi desnudas
siempre inmaculadas.
a un lado la ventana,
abierta con holganza hacia la noche incierta,
acariciada por una brisa que arremolina visillos
tañendo de la cabeza a la música,
al otro mi voz agonizante,
errante entre las sombras
aguarda el grito roto y descarnado
del acorde pautado del pentagrama,
para ser atrapada de nuevo por las notas de tu guitarra consentida
que entre susurros
noche tras noche confia......: que la poseas.
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